Puedes tener muchas medidas, metas y medios, pero si están desalineados no podrás implementar la estrategia con éxito.
La identificación de 3M son el fundamento de la operacionalización de la estrategia, pero su alcance va más allá de la simple traducción de objetivos a medidas, metas y medios, puesto que representa la garantía de sinergia organizacional y el modelo de aprendizaje institucional. La sinergia se obtiene al integrar todos aquellos elementos que en forma general se encuentran dispersos o en muchos casos ausentes en los planes de las organizaciones, lo que hace que no se maximice su impacto. Ciertamente, es una especie de “rompecabezas estratégico” al que se ven enfrentadas las organizaciones de hoy. En mis trabajos de consultoría he podido constatar las enormes pérdidas de recursos económicos, horas trabajo de las personas y resultados, por no entender la necesidad de un enfoque integral de ejecución de la estrategia.
Estrategia: cuando hay mucho, pero desalineado
Muchas organizaciones, a pesar de que cuentan con objetivos, metas, indicadores, estrategias, iniciativas, actividades y calendarios, presupuestos, controles, sistemas de seguimiento, etc., ven cada uno de estos elementos en forma aislada o desalineada. Cuentan con, por ejemplo:
Este desalineamiento de los elementos de la operacionalización de la estrategia causa tres problemas serios en la organización:
Implementar la estrategia: 3M en forma integral
Por otro lado, las organizaciones que utilizan y describen en forma integral sus 3M, logran vincular entre sí todos estos elementos requeridos para ambos: un adecuado proceso de operacionalización de los objetivos estratégicos e integrar los diferentes elementos de la ejecución y el aprendizaje. En conclusión, cuando utilizamos las 3M podemos:
1.Optimizar recursos, tiempo y esfuerzo.
2.Garantizar impacto y efectividad en la ejecución de la estrategia.
3.Maximizar los resultados.
Vemos entonces claramente el rol de las 3M en el aprendizaje de la organización: